martes, 9 de diciembre de 2014

A mi juicio, sería necesario que Podemos subiera el listón de su código ético (II)


 Esta vez,  Nicolás, empiezo con un chiste que escuché ayer: Eran dos amigos y el uno le dice al otro: ¡qué mala suerte tenemos hoy los dos, a ti se te acaba de morir tu madre y a mí se me acaba de manchar la corbata.
Quizás el chiste no sea muy gracioso, pero me viene de perlas para ilustrar la pretensión del PP y el PSOE y toda su  cohorte mediática, de instalar en la ciudadanía la falsa idea de que sería lo mismo o parecido, la posible falta administrativa del contrato de trabajo de Errejón o de un posible cobro sin IVA de la productora del entorno de Pablo Iglesias, que las tramas  Gürtel, Eres, Nos, Bárcenas, Púnica, etc.
Esta saña contra Errejón e Iglesias para intentar desprestigiar su imagen, que han puesto en marcha esta gente, sólo podrás entenderla, Nicolás, si tienes en cuenta lo siguiente:

Uno, el  desconcierto y la esquizofrenia que les debe producir a los que han venido ostentado el poder, comprobar que otra fuerza distinta a ellos recién surgida, aparezca ya en las encuestas con opciones  de gobernar y ocupar los  poderes de un estado, que  venían considerando como  su  finca privada; pues pensaban que con su arbitrario sistema electoral lo habían dejado todo atado y bien atado para gobernar en alternancia de por vida.  Dos, el acojone que les debe entrar,  además, cada vez que piensen, que un partido nuevo en el gobierno puede empezar a levantar alfombras antes de pasar la escoba y descubrir la inmensa cantidad de porquería que deben tener escondida todavía. Tres, piensan que la ciudadanía somos fáciles de engañar y que no vamos a acabar de distinguir entre la perdida de una madre y la mancha de una corbata y abrigan la esperanza de que conseguirán, sea como sea, que acabemos pensando, que los nuevos que quieren gobernar ahora, son corruptos también y que no vale la pena implicarse en el cambio.
Muy a su pesar, Nicolás, la gente es lo suficiente inteligente como para saber distinguir que, aunque esté mal lo Errejón e Iglesias, si se probaran las acusaciones, resulta cínico y estrambótico compararlo con los que han sido impulsores directos durante treinta años seguidos de una corrupción sistémica, que viene robando a manos llenas a través de tramas criminales organizadas, surgidas desde las propias cúpulas de los partidos y de las altas instituciones. Pero con esto no basta, Nicolás, si nos quedamos ahí y no profundizamos más, este país perderá seguramente la ocasión de hacer el año próximo el cambio real que millones de ciudadanos y ciudadanas anhelan y que pasa, inexorablemente, por desalojar del poder a quienes han  convertido a España en un estercolero de corrupción sistémica, cuyo hedor es ya absolutamente irrespirable.
¿Y por qué te digo que no basta?, pues mira, Nico, en primer lugar, porque con su  cainismo político y mediático no van a conseguir liar  a la mayoría de la gente que quiere el cambio, pero sí pueden acabar desmoralizando a alguna gente y empujarla hacia la abstención si se relaja el discurso y se baja la guardia. No se olvide que para que Podemos pueda gobernar,  precisa los votos de todos los que quieren el cambio. En segundo término, las cosas están lo suficiente maduras como para que la ciudadanía hagamos una seria  autocrítica y reconozcamos, de una vez por todas, que la inmensa mayoría hemos estado respaldando la corrupción al votar a partidos que han venido delinquiendo desde arriba durante ocho legislaturas seguidas. Reconocer nuestra propia culpa con honestidad  y responsabilidad lleva aparejado no volver a votar a los mismos que, con nuestro apoyo, han convertido el país en un estercolero y esto favorecerá a la opción de cambio que representa Podemos.
En tercer lugar, es imprescindible que la ciudadanía de este de  este país, tengamos la valentía y la dignidad de mirarnos al espejo y constatar cómo somos realmente en asuntos tributarios y de los dineros públicos. Sin caer en el chauvinismo, creo que podemos sacar pecho de ser, en líneas generales, muy buena gente y poseer valores muy importantes. Sirva de ejemplo, el alto nivel de altruismo y solidaridad que tenemos, muy superior a la media mundial. Somos el país más generoso del mundo en donaciones de órganos y estamos practicando la ayuda solidaria con los más necesitados, tanto aquí, como en el mundo entero, con una generosidad verdaderamente ejemplar. Y más virtudes que omito para no cansarte.
Pero ¡ay amigo mío!, tenemos nuestro talón de Aquiles y es,  que somos muy poco decentes, por calificarlo suavemente, en el asunto de los dineros públicos, donde de forma habitual y generalizada somos pequeños defraudadores de la Hacienda Pública. Serían muy pocas las familias que estarían en condiciones de tirar la primera piedra de haber pagado o cobrado el IVA en todas las ocasiones. Y esto es fraude, Nicolás, es quedarse para sí, un dinero que no es nuestro, sino de todos, que tiene la finalidad principal de atender con él las necesidades básicas  y comunes de la ciudadanía.
En definitiva, que somos pésimos en lo que precisaríamos, ahora más que nunca, ser infinitamente  mejores, porque de lo que estamos hablando es de combatir la lacra de la corrupción. Y esto afecta de lleno a Podemos, que se ve obligado a construir un partido que sea ejemplo de anticorrupción  a pesar de lo que falla en este punto la sociedad de la que tiene que nutrirse. Distinto sería si tuviéramos en este asunto, la alta conciencia y cultura cívica de los finlandeses, noruegos, suecos o canadienses, donde quien osa birlarle dinero al erario público, por poca cantidad que sea, pasa a ser considerado como un delincuente por sus conciudadanos. No es nuestro caso, lamentablemente.
No quiero decirte con esto, Nicolás, que no sea posible construir un partido nuevo limpio y con cargos en la organización  y en las instituciones capaces de dar ejemplo, pero sí que es una tarea llena de dificultades y peligros, que le obliga a Podemos, a mi juicio, a poner el listón del código ético más alto de lo que lo tiene.
Le obliga, a incorporar al código ético o en resolución aparte, lo siguiente: que será apartado de su cargo en Podemos o en las instituciones, sin poder ostentar cualquier otra responsabilidad, a  quien defraude a la Hacienda Pública, cualquiera que sea la cantidad del dinero defraudado, a partir de la fecha en que apruebe la resolución. Este acuerdo supone una especie de amnistía, de borrón y cuenta nueva con el pasado, de darnos una segunda oportunidad para demostrar la decencia con Hacienda, que hasta ahora la ciudadanía no hemos tenido, excepciones aparte. Con este acuerdo le quedaría claro a cualquier cargo de Podemos, en las instituciones o en partido, a lo que se expone si defrauda tras la fecha referida.
Esta resolución u otra parecida, ayuda a quitarse de encima a los cainitas que andarán buscando pagos sin IVA por todas partes para echar mierda, pero sobre todo, es vital para trasmitirle a la ciudadanía el mensaje inequívoco de que Podemos está empeñado en ser un partido ejemplarizante, sin corruptelas en sus cargos, en el que se puede creer y ser el referente ético en la tarea permanente que se precisa de ir elevando la conciencia y la cultura cívica en este asunto, que bien vendrá para mejorar los ingresos públicos y para que nos vayamos sintiendo todos un poco más decentes y felices.

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